jueves, 7 de junio de 2012

Nuevos modelos en los roles docentes universitarios


     El docente en la sociedad reciente se convierte en un ser partícipe activo acorde con los nuevos roles que debe asumir en la sociedad del conocimiento. Aprovecha los nuevos y generosos recursos que nos ofrecen las herramientas de las plataformas virtuales para aplicarlos a la educación. Se produce una modificación de las funciones que tradicionalmente han venido acompañando a la figura del profesor.
El docente cumple un rol amplio (pedagogo, orientador, gestor y administrador de aulas virtuales, mediador social, evaluador) que repercute principalmente en el fomento e incremento del pensamiento reflexivo y crítico, creativo, innovador y tiene la capacidad de adaptarse a la generación Net.
    Implícito en el contexto de aprendizaje, el profesor universitario adopta un nuevo rol relacionado con la “imagen de orientador y guía de aprendizaje”, guiando a la comunidad estudiantil en lo que respecta a la búsqueda y comprensión de los correspondientes aprendizajes. Los recursos de los medios informáticos también son empleados para motivar, estimular el interés (la atención) de los alumnos durante el proceso de enseñanza de las diferentes materias.
     La enseñanza virtual es diferente a la presencial, los escenarios virtuales son espacios donde la mayor parte de la comunicación transcurre de manera asincrónica. Ante tal situación, se debe hacer hincapié en las destrezas que proporciona la comunicación:
-capacidad de conseguir un clima agradable en los procesos de enseñanza y aprendizaje, capacidad de adaptación a las condiciones y características de l@s distint@s usuari@s, 
- capacidad de orientación realista de la planificación del trabajo docente, mentalidad abierta para aceptar nuevas propuestas y sugerencias, así como de introducir reajustes en la planificación,
- capacidad de trabajo y constancia en las tareas de seguimiento y proporcionar un feed-back inmediato a los requerimientos de los alumnos y alumnas y
- predisposición a adoptar roles docentes polivalentes” (FUNDESCO, 1998; citado en Osuna, 2007: 48).

     Otro objetivo del profesor es facilitar la enseñanza y “asistir” a solucionar cualquier obstáculo que el alumno se encuentre en la senda del aprendizaje. El docente enseña a interpretar la información para la construcción del conocimiento.
     El tiempo en la enseñanza toma un rumbo diferente al adoptado hasta hoy, se diversifica y se administra de distinta manera. En la actualidad la actividad central se manifiesta en el tiempo dedicado a las tutorías (al factor individual), y menos al consagrado para las labores de explicación, exposición anclado en el modelo unilateral.
     Los docentes con la aplicación de las nuevas tecnologías tienen la opción de destacar la labor autónoma o grupos reducidos de alumnos como modelo de construcción de conocimiento en base a tareas de razonamiento y rastreo virtual.
    Las bibliotecas electrónicas y las versiones electrónicas de revistas (entre otras, Dialnet en la Universidad de la Rioja) son algunos de los ejemplos de los recursos de las universidades.
     El profesor también es partícipe activo en la elaboración de los recursos para el aprendizaje a través de las herramientas que nos proporcionan las nuevas tecnologías. En este proceso el docente tiene la posibilidad de ser autor y diseñador.
 “El autor es aquel que ha creado el material en bruto y que es un experto en la   materia y el diseñador es un experto informático y educativo. El autor posee con frecuencia más experiencia como escritor (en forma de artículos y/o libros), lo cual puede conducir a un material inapropiadamente diseñado para un producto que debe ser utilizado en una pantalla de un ordenador. No es adecuada una traducción directa del lenguaje escrito en forma de texto, el lenguaje audiovisual propio del multimedia. Por ello, el diseñador actúa como un intérprete técnico y pedagógico de estos lenguajes (como un representante del estudiante ante el autor y viceversa) y, por consiguiente, ha de ser capaz de asimilar el contenido al mismo tiempo que mantiene la perspectiva del alumno. Los costes y beneficios de esta acción dependen de la calidad de la comunicación que se establezca entre el autor y el diseñador y, por tanto, de la gestión del proceso” (Valverde Berrocoso, Jesús y Garrido Arroyo, María del Carmen; 1999, 50).

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