jueves, 24 de mayo de 2012


Alfabetización informacional

Las herramientas que nos proporcionan las nuevas tecnologías han dado lugar a un aprendizaje basado en la colaboración, en la participación; se trata de un modelo emerec (Jean Cloutier fue quien acuñó este término) donde tanto los sujetos emisores como los receptores pueden intercambiarse los roles. Como bien nos ha indicado el profesor Roberto Aparici en algunas clases (Chat) la vida no es lineal, por tanto, el aprendizaje debe tomar caminos paralelos a esta idea eje. Los alumnos deben aprender a fomentar su crecimiento integral mediante una formación continua, flexible, con motivación e inquietud por el conocimiento, el autoaprendizaje. Se plantean nuevos métodos de estudio en los que el alumno se convierte (por decirlo de algún modo) en la fuente generadora de conocimientos a través de habilidades y competencias que proporcionan una búsqueda efectiva de información. La esencia de las innovadoras estrategias educativas es prácticamente el aprendizaje elástico, incesante que acompañe a los individuos a lo largo de toda la vida. Aquí nos damos cuenta que el conocimiento no es efímero, sino que se va desarrollando y transformando a lo largo del tiempo.
En el artículo titulado “alfabetización informativo-digital[1]” se explica como ha medida que la sociedad ha evolucionado de forma acelerada, en la misma medida cambian los procesos de aprendizaje: “La alfabetización informacional se encuadra dentro de un entorno mediático cambiante, donde la información es creciente, compleja y en la mayoría de los casos está muy dispersa. En este ambiente, los estudiantes se encuentran con constantes dificultades para acceder a la información debido al gran desarrollo de los recursos y la poca estructuración de éstos, no sabiendo hacer frente a este nuevo abanico de posibilidades. Por esta razón, se plantean nuevas estrategias que permitan al estudiante ser autosuficiente en los procesos de aprendizaje, dotándolo de habilidades y competencias para localizar, evaluar y utilizar la información que necesitan. En este sentido el estudiante ha de estar capacitado para:
- Detectar y definir una necesidad de información
- Expresarla y delimitarla
- Conocer los métodos y técnicas adecuadas para la localización de información
- Evaluar y filtrar la información recuperada, para asegurarse de su autenticidad, validez y fiabilidad
- Agregar dicha información a la base de conocimientos y utilizarla para afrontar objetivos de forma ética y legal.”

El interés que suscita el aprendizaje autárquico y crítico en la sociedad de la Información y del Conocimiento ha quedado reflejado en US National Research Council, y su Comité sobre Alfabetización de la Información, Informática y Telecomunicaciones. Ante una información tan abundante, diversa y dispersa y a la ingente afluencia de tecnología (pero ya no sólo en cuanto a material de estudio se refiere, hoy en día forma parte de la vida cotidiana de cualquier ciudadano ya sea en el ámbito del puesto de trabajo, en la educación o en la vida privada) es una necesidad mantener a la ciudadanía más informada para un uso eficaz de estos recursos.
El Informe publicado en 1999 (http://www.nap.edu/catalog/6482.html) nos indica la mecanización mediante el aprendizaje rutinario de servicios informáticos concretos. También se abordan aquellos aspectos referentes a las destrezas de las tecnologías a través del entendimiento del lenguaje básico de la tecnología y las aplicaciones técnicas que brotan para el fácil manejo y la formación del pensamiento crítico de los individuos.
Las nuevas tecnologías de la comunicación y de la Información han posibilitado el surgimiento de modernos marcos virtuales para el procesos educativo llevado a cabo por los docentes de las instituciones universitarias. El método educativo toma otras variables fundamentales como “motor” del proceso de enseñanza-aprendizaje, se generan otras alternativas basadas en la interacción, en la horizontalidad. Tanto el alumno como el profesor pueden adoptar el rol de emisor o receptor, o a la inversa sin “jerarquías aparentes” durante el proceso de aprendizaje. De esta manera, a través de una participación activa en la enseñanza, se potencia el pensamiento crítico de los educandos. Debemos “olvidar” de algún modo esa tradicional relación unilateral entre docente-alumno, donde estos últimos se concebían como receptores pasivos con un índice muy bajo de motivación, estímulo.
A partir de los años 90, la denominada “educación virtual” se ha esparcido por las distintas universidades, ya sea en la enseñanza presencial, semipresencial o no presencial o a distancia. Este nuevo modelo de prácticas y metodologías mediadas por escenarios virtuales ha desembocado en un lozano arquetipo didáctico transmisivo en la educación superior.
El creciente y dinámico desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación, junto con la evolución de Internet. Las nuevas herramientas de Internet se han denominado Web 2.0 y se han manifestado como una versión mejorada de la Web 1.0. La Web 2.0 son una serie de nuevas tecnologías y herramientas online que permiten a los usuarios innovar, ser creadores y participar en la confección de información. Todo ello, además de ser consumidores. La comunicación que se establece mediante estas aplicaciones tiene como base la interacción, la colaboración, la inmediatez, la movilidad, … (por citar algunos conceptos clave). La esencia de todo este entramado tecnológico es la posibilidad que se genera de ejercer un gran números de labores sin el requisito previo de instalar un software o programa específico en el ordenador.
Ilustración II[2]:


Todas estas nuevas estrategias comunicativas ofrecen una construcción de aprendizaje cuyo eje principal es la participación activa y el intercambio colaborativo con “los otros”. Resulta evidente un paradigma didáctico centrado en el alumno y en la comprensión más que en la repetición de contenidos.
Los objetivos formativos se han centrado en el diseño de situaciones de aprendizaje significativas por parte del profesorado para ayudar a los alumnos a adquirir los conocimientos pertinentes.

[1] Pinto Molina, María. Alfabetización informativo-digital.

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